COLEGIATA DE SAN PEDRO DE CERVATOS (Cantabria).
Estamos en un templo especial, diferente. Templo románico al que se le ha llegado a denominar como "la catedral del románico erótico" por la gran cantidad de capiteles y canecillos alusivos a ese tema, aunque yo creo que tiene muchos más valores que el nombrado.
Se encuentra situado al Sur de Cantabria, en las tierras de Campoo paso natural de comunicación de la meseta con los valles y costa cántabra. El enclave forma parte de un Camino de Santiago poco conocido, el Camino Olvidado o Camino de la Luciérnagas (bonito nombre). Este camino sería utilizado entre los siglos IX y el XII en el que comenzaría a usarse el Camino Francés. Hace unos diez años se a marcar, reabrir y vuelto a ser utilizar. Podemos ver una moldura con el conocido ajedrezado jaqués en un buena parte del edificio.
Un poco de historia. En el siglo VIII, en plena Reconquista, bajo la autorización real o noble surgen monasterios que repoblaran y controlaran una buena parte de la producción agrícola de un territorio. Una vez obtenida la preponderancia económica, se transforman en colegiatas y cambian la regla de san Benito por la de san Agustín que les permite no vivir en clausura y tener mayor control. La construcción del templo que vemos coincide con la transformación del antiguo templo en colegiata.
En nuestro caso el monasterio tiene en su origen en el siglo X de la mano del conde de castilla Sancho García. La iglesia que vemos fue construida en el 1129, aunque no acabada hasta 1199 como figura en un epígrafe que vemos en su lado sur:
La torre campanario de tres cuerpos se encuentra al Oeste. Posee arcos ligeramente apuntados que influencia protogótica (construida a finales del s. XII) y capiteles vegetales e historiados.
La magnífica portada se abre al Sur. Consta de seis arquivoltas apoyadas sobre sendas pilastras con capiteles muy desgastados en los que se adivinan figuras de animales. El tímpano y dintel está constituido por tres partes diferenciadas, en la parte superior e inferior existe una elaborada y entre ambas tres parejas de leones enfrentados dos a dos.
A ambos lados, en las enjutas, encontramos tres relieves también muy desgastados. En el lado izquierdo, S. Miguel, Virgen con el Niño y Adán y Eva y …
… en el lado derecho, de arriba hacia abajo San Pedro con báculo y llave, un ángel o un sacerdote con vestiduras talares y la conocida escena de Daniel en el foso de los leones (simbolizando la salvación, el triunfo sobre el mal y la muerte y la protección divina).
Sobre la portada, hallamos un tejaroz con trece canecillos y doce metopas.
Y bajo el alero de este lado Sur veinte y cuatro nuevos canecillos.
El exterior del ábside se divide en cinco tramos verticales siendo ocultado por construcciones posteriores el del extremo Norte. En los paños centrales se abren tres ventanas aspilleras de arcos de medio punto y capiteles. Una cenefa ajedrezada recorre todo el perímetro creando un guardapolvos en los vanos. En lo alto, encontramos treinta y cuatro canecillos de tipología y características a los vistos en la cara Sur.
San Pedro de Cervatos cuenta con más de noventa canecillos y muchos de ellos con una clara alusión erótica. No es una temática extraña, aunque sí que lo es su gran número. Tradicionalmente se ha explicado la existencia de esta temática como una alusión al pecado en una actitud moralizadora o como una iniciativa para fomentar la procreación y natalidad.
Sin embargo, personal y humildemente en este caso pienso que nos transportan a un mundo carnavalesco, mundano. Los sexos en los desnudos están agigantados, caricaturizados. También aparecen escenas sexuales explicitas, partos sin pudor, personajes con máscaras y caretas, juglares, músicos, hombres transportando toneles o bebiendo... El bestiario también es muy sugerente: monos, caprinos, liebres, medusas... A continuación, os muestro una pequeña selección de todos estos capiteles.
Bien, pasemos al interior. a continuación os muestro la planta del templo y una perspectiva de la iglesia desde el coro alto de madera a los pies y al que se accede por una escalera del mismo material.
En el presbiterio está cubierto con bóvedas de cañón y de horno que en origen pudiera haber estado pintada con un Pantocrátor o alguna escena del Juicio Final. En el ábside, a media altura, se encuentran tres ventanales (simbolizando la Luz, la Trinidad) abocinado y unidos por un ajedrezado jaqués. Debajo, diez arcos de medio punto ciegos con capiteles historiados.
En este ábside, a la derecha, podemos encontrar una losa (no autentica) bajo la que está enterrado Fernando, primogénito de Sancho García y Urraca Gómez (condes de Castilla y promotores del monasterio) que falleció como consecuencia del ataque de un oso en una cacería en 999.
Es habitual encontrar en los sillares marcas de cantería.
La decoración de los capiteles de esta arquería ciega me es muy variada. En ellos vemos animales emparejados, vegetales, figuras geométricas, entrelazados... alguno de los cuales me recuerda el oleaje de la mar.
Sin embargo, el que me pareció más interesante es el que hace el número cuatro desde el lado norte. Podemos observar (y de manera perfecta pues se encuentra a la altura de nuestros ojos) de un lado una clásica representación de la lujuria, dos serpientes muerden los pechos de una mujer. Y por otra parte podemos ver una alusión al conocido milagro de san Nicolás de Bari:
"Un vecino de nuestro santo había caído en la más absoluta miseria obligando a prostituir a sus tres hijas. San Nicolás lleno de oro durante tres noches los tres zapatos de las muchachas y así nunca más fueron prostituidas"
Existe otra versión que parece más adecuada con las fechas en las que estamos. En ella Nicolás lanza unas monedas de oro por la chimenea que milagrosamente van a parar a unas medias de lana que estaban allí secándose. El resultado es el mismo, el abandono de la prostitución.
Es curiosa la alusión al número tres en muchos de los hechos y milagros relacionados con este santo. En casi todos sus milagros aparece esa cifra.
Un gran arco triunfal marca la separación entre la nave y el presbiterio apoyado en sendas pilastras. En los correspondientes capiteles vemos en uno un revoltijo de leones de diferentes tamaños y actitudes y en el otro dos águilas con sus alas desplegadas.
Pero en Cervatos tenemos un segundo arco, construido seguramente para fortalecer la estructura. Sería semejante a los arcos fajones que separan el ábside del presbiterio. Este arco tiene una particularidad, se apoya en sendos capiteles historiados de forma semejante a la del anterior arco, dos pequeñas columnas y, por último, en dos sólidas ménsulas decoradas en los tres lados a la vista. Una de las ménsulas está cubierta por motivos vegetales mientras la otra nos muestra a un san Miguel, con escudo, lanceando al dragón/serpiente.
La cubierta de la nave nunca fue mediante bóveda de cañón pues carece de los contrafuertes necesarios. Cabe pensar que tendría un armazón de madera que sería sustituido en el siglo XVII por las bóvedas de crucería que vemos hoy.
Resulta muy interesante tres puntos, todos ellos situados en la nave del Evangelio. El primero de ellos es la capilla del Cristo con una excepcional cubierta.
Justo al lado encontramos una muy interesante talla de la Inmaculada que tiene la particularidad de que se le pueden extraer las manos. En la capilla siguiente, otra atrayente pieza. Es una pila de origen romano (del siglo I o II), quizá procedente de una fuente. Desde hace cuatro o cinco siglos es usada en cervatos como pila bautismal. Tiene parte de una inscripción alrededor de ella.
Colegiata de san Pedro de Cervatos. Un templo muy, muy especial que con profusión de "especiales" canecillos que cuya mera pervivencia a través de los siglos es asombrosa.
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