CASTILLO DE CARACENA.
CASTILLO DE CARACENA.
A finales del siglo XII hay referencias documentales al castillo en una sentencia de un pleito eclesiástico por estas tierras entre las diócesis de Soria y Osma.
El castillo de Caracena tuvo gran protagonismo en el enfrentamiento entre Isabel y Juana la Beltraneja. El señor de Caracena, Juan de Tovar, partidario de Juana, defendía villa y castillo. En nombre de Isabel, Pedro de Acuña, rindió la fortaleza y obligó a su anterior propietario a demolerla.
En 1491, Alfonso Carrillo de Acuña, levanta un nuevo castillo siguiendo las pautas de construcción de la época. Este es el castillo que vamos a ver hoy.
El castillo que vemos está construido en mampostería y siguiendo las tendencias constructivas de aquel siglo XV. En ese siglo se había generalizado el uso de las armas de fuego por lo que se busca una mejor defensa frente a ella y un mejor uso desde el interior de la mediante la disposición de numerosas troneras.
La puerta de entrada al recinto interior o núcleo principal se encuentra al noroeste, en diagonal con la Torre del Homenaje. Esta puerta actualmente se encuentra destruida. En este amplio espacio se encontrarían diferentes estancias, el patio de armas y el aljibe.
La robusta Torre del Homenaje tiene forma prismática rectangular. Es, como siempre, el último reducto defensivo en caso de ataque.
Por otra parte, las torres de la barbacana (abiertas al interior) disponen de cañoneras que son de mayor tamaño que las anteriores para el asentamiento de artillería pesada. Presentan un abocinamiento al exterior para proporcionar un ángulo de tiro mayor con una mínima exposición, y cámara de tiro al interior con el fin de aumentar el espacio interno para el manejo de los cañones.
Otro elemento defensivo y, podríamos decir, decorativo son las escaraguaitas o garitas en voladizo. Son pequeñas torres cilíndricas, macizas y rematadas por almenas que aparecer en la parte superior del mundo. Están elevadas sobre ménsulas en tres de los paños del recinto interior y una en la muralla exterior (hay un total de cinco). Tienen un gran valor estratégico y funcional pues al estar elevadas y salientes proporcionan un amplio campo de visión.
Acabaré con la descripción pormenorizada del castillo que nos hace Pascual Madoz a mediados del siglo XIX:
"…un castillo a la parte Sur [de la población], bien construido, en una extensión de trescientos treinta pies cuadrados, en cuyo recinto hay dos plazas de armas, una al Oeste cercada de un rondín de dieciocho pies de espesor, y otra en el centro; conservándose además seis cuadras, con tres ventanas ovaladas cada una; un almacén de piedra sillar perfectamente embovedado; los restos de un molino de viento, y por gran parte de la circunferencia un ancho foso, á cuya espalda aparece una espaciosa muralla, circunvalando también la población, que pudo contener en lo antiguo hasta seis mil vecinos; no habiendo quedado de su esplendor mas restos que los expresados, y las dos iglesias parroquiales (la Asunción y San Pedro)"
No quisiera abandonar la población sin mostraros dos lugares relacionados con la justicia local. Uno de ellos es El Rollo. En siglos pasados la jurisdicción penal y los castigos eran competencia de los ayuntamientos y de sus alcaldes. Esta columna (construida según reza en 1538) funcionó como símbolo conmemorativo de la autonomía administrativa de la villa, dependiendo primero directamente de la Corona y después bajo dominio señorial, y como símbolo del poder jurídico, a modo de columna donde se exponía a los malhechores para vergüenza pública. El que vemos está sobre una plataforma cilíndrica escalonada y acaba en un capitel con cabezas humanas y de carneros. Está rematado con cuatro cabezas de león que era donde pendían los grilletes y argollas con los que se encadenaba al reo.
Comentarios