MONASTERIO DE SANTO TORIBIO DE LIEBANA.
(ERMITAS Y CUEVA SANTA).
La pasada semana viajamos a santo Toribio de Liébana. Vimos su claustro, su iglesia y, por supuesto el Lignum Crucis. Sin embargo, alrededor del monasterio existen una serie de ermitas y restos de construcciones muy interesantes. Se encuentran en un radio de unos 500 metros del monasterio y eran lugares de retiro y oración de los monjes. Ellas serán hoy el objeto de nuestro interés.
Todas ellas pertenecen a una etapa prerrománica (s. VI-X), aunque las de S. Miguel, Sta. Catalina y S. Juan de la Casería fueron reformadas a partir del siglo XIII.
Dejando el monasterio, subiendo por la ladera norte del monte Viorna, se encuentra la llamada Cueva Santa. Se trata de una construcción prerrománica de dos plantas, la inferior sería la celda y superior una pequeña capilla. Está realizada con sillería y sillarejo.
La celda aprovechaba la pared de roca de un lado, cuenta con una pequeña puerta de arco de medio punto y tiene una pequeña ventana justo enfrente de ésta.
De la capilla apenas queda nada, pero podemos ver en suelo y muro los restos de una pared que podría separar el santuario del resto de la estancia.
Según la tradición habría sido construida allá por el siglo VI por el Toribio de Palencia como lugar de retiro del monje y según sigue diciendo la tradición:
"queriendo pelear con el enemigo a solas, subiose a lo alto del monte y en parte muy escondida del, labró una pequeña ermita, donde con mucha abstinencia, disciplina, continua oración y lágrimas llegó a tanta perfección, que alcanzó de Dios singulares favores, y llegó a tanto, que muy de ordinario bajaban ángeles que hablaban con él y le hacían compañía: y en el sitio o lugar que es cerca de su ermita , donde se le aparecían los ángeles, labró una ermita que hoy llaman de los Ángeles".
Los restos de esta última ermita los encontramos a unos pocos metros.
Existen otras dos ermitas más aunque de difícil localización. Una de ellas es la de S. Pedro que, según me dijeron, se encuentra derruida a causa de un incendio. La otra estaría advocada a María Magdalena y se encontraría muy cerca de la Cueva Santa.
Otra ermita es la de S. Miguel. De está quedan más restos. A través de los pequeños ventanucos pude observar su ábside cubierto con bóveda de cañón apuntado. La espadaña ha sido recientemente construida sobre otra que seguramente tuvo. Quizá lo más interesante es la extraordinaria del valle y de Potes. Desde este lugar se bendecían los valles de Liébana con el Lignum Crucis.
Continuamos. Ermita de Santa Catalina. Sobre una cima frente a los Picos de Europa se alzan los restos de esta ermita de los siglos XII-XIII. Conserva la espadaña de tres cuerpos.
Nos queda una última ermita, la de san Juan de la Casería. Se encuentra en la localidad de Mieses y formaba parte de la granja del monasterio. Con una entrada con arco de medio punto, ábside cuadrado y cubierta de armadura de madera es la única que hoy se conserva en su totalidad aunque se especula que pudo haber sido reconstruida y ampliada en el siglo XVI.
Una curiosidad. La localización de todas estas construcciones coincide con el deslinde de propiedades realizado tras la Desamortización de 1835 por lo que es muy posible que marcaran el territorio particular del monasterio.
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