CONCATEDRAL DE SAN JUAN (Malta).

 CONCATEDRAL DE SAN JUAN (Malta).

La construcción de la Concatedral fue encargada por el Gran Maestre de la Orden tras el Sitio de Malta, en 1572. El encargo se realizó en muy poco tiempo, tan solo cinco años. El edificio se convirtió en la iglesia conventual de la Orden sustituyendo a san Lorenzo de Vittoriosa. Tiene la denominación de concatedral por que en el siglo XIX fue utilizada para celebraciones oficiales de la Orden como alternativa a la catedral del arzobispo de Mdina.

Exteriormente es un edificio austero. La fachada es muy sencilla: dos columnas flanquean la puerta y sostienen un balcón, a los lados dos nichos vacíos y acabamos con sendos campanarios a los lados

Accedemos al templo por una puerta lateral. Traspasar esa puerta y llegar al interior nos muestra una catedral distinta, llena de lujo y magnificencia. En un principio la catedral era tan austera por dentro como por fuera. Sin embargo llegó el siglo XVII y un nuevo Gran Maestre que ordenó una reestructuración interna para dar una iglesia conventual a la Orden que pudiera competir con el esplendor de Roma.

Me asombra el suelo de la nave. Está cubierto por un mosaico de cientos (concretamente 405) de tumbas pertenecientes a caballeros de la Orden de los siglos XVI, XVII Y XVIII. Las sepulturas, de gran colorido, nos muestran los escudos y algún dato del difunto.

Los Grandes Maestres se encuentran enterrados en la cripta que podemos vislumbra a través de una reja. En ella se encuentran icónicos Grandes Maestres como Jean de la Valette (impulsor de la construcción de La Valeta) o Alof de Wignacourt (al que Caravaggio hizo un conocido retrato).

El templo cuenta con nueve capillas: una dedicada a Ntra. Sra. de Fileremo (el icono sagrado de los Hospitalarios que la tradición dice fue pintada por el mismo S. Lucas y que estuvo en su posesión desde las cruzadas) y las otras ocho dedicada a los patrones de las lenguas de la Orden (Castilla-León y Portugal, Italia, Francia, Provenza, Anglo-bávara, Alemania, Aragón y Auvernia). Os muestro la capilla correspondiente a la lengua alemana y el púlpito.

Las capillas fueron asignadas por orden de antigüedad. A continuación, la capilla anglo-bávara y uno de los órganos.

Las lenguas más predominantes (Italia, Francia y Aragón) fueron colocadas cerca del altar. Os muestro la de Aragón dedicada a S. Jorge.

Del exuberante interior es autor principalmente el italiano barroco Matías Pretti que pintó las bóvedas de la nave central y la mayoría de los altares laterales. Su dominio del claroscuro hace que veamos los personajes casi tridimensionales. La nave central contiene episodios de la vida de san Juan Bautista.

Los muros fueron tallados directamente sobre la pieza caliza, algo muy complicado para la época.

El templo cuenta con dos obras pertenecientes al polémico Caravaggio que recabó en Malta huyendo de las tropas papales. El pintor deseaba entrar en la Orden y es posible que las pinturas fuese una forma de pago para ser investido caballero.

Las obras se encuentran en el oratorio. La principal obra es la Decapitación de S. Juan. Es la pintura de mayor tamaño del maestro y el único que firmó.  La firma se encuentra en la sangre derramada del Bautista: f Michele (se llamaba Michelangelo Meris de Caravaggio. La f se interpreta como fecit).

La otra pintura que se conserva aquí es un cuadro de menor tamaño: San Jerónimo escribiendo.