CASTILLO BURGUILLOS DEL CERRO (Badajoz).
CASTILLO BURGUILLOS DEL CERRO (Badajoz).
A unos 20 kilómetros del conocido castillo de Jerez de los Caballeros se encuentra la población de Burguillos del Cerro bajo otro poderoso castillo. Ambas fortalezas tienen un pasado templario.
El castillo de Burguillos está asentado sobre una colina rocosa. Su origen es musulmán, fue construido para defenderse de las incursiones cristianas. El castillo cambio varias veces de posesión (musulmana o cristiana). Fue conquistado definitivamente por Fernando III en 1238. Ya anteriormente, en 1230, Alfonso IX donó el castillo y su término a la Orden del Temple que lo conservó hasta su disolución (formaba parte del Bayliato de Jerez). A lo largo del siglo XIII los templarios reformarán profundamente el castillo árabe y aún hoy podemos ver parte de su obra.
Con la caída de los templarios el castillo pasó por distintos señoríos (Aguilar, Béjar/Zuñiga) hasta principios del s. XIX que se produjo la supresión de los señoríos. En los siglos XV y XVI los Béjar harán una profunda y ampliación del castillo construyendo nuevas torres y lienzos de muralla almenados.
Encima de la puerta de entrada, y bajo un matacán, podemos ver el emblema de los Béjar.
A continuación, os muestro la planta del enclave, en distintos colores indico el origen de los restos que vemos: morado (musulmán), rojo (templario) y naranja (los Béjar).
Comenzaremos viendo la parte más antigua, la Torre la Azotea. Es de origen musulmán, al menos la mitad inferior: podemos ver diferentes técnicas constructivas. De igual manera, en la foto de la izquierda, podemos ver claramente en la Torre del Homenaje bajo la que está, la muy distinta construcción.
El castillo cuenta con dos aljibes. Uno de ellos (fotografía derecha) fue realizado durante su periodo templario. Es muy semejante a los ya vistos de similar fábrica cubiertos con la bóveda de cañón. El otro fue realizado seguramente en el siglo XV con una captación de agua diferente.
Lo más destacado es su sólida Torre del Homenaje con un cuerpo retranqueado. La puerta de entrada está protegida por un matacán y también observamos el típico de construcción templario: sólidos bloques de granito en las esquinas de las torres y cantería en los muros.
En su interior resalta, en el primer cuerpo, una amplia sala con dos cúpulas. Por las abocinadas aspilleras admiramos el extraordinario grosor de sus muros.
Podemos seguir subiendo. Las escaleras ascienden embutidas en el muro a base de pequeños arcos de ladrillo sobre muros de piedra. Este sistema me recordó otras fortalezas como la de Monfragüe (Cáceres).
El castillo, tras la oportuna restauración y consolidación, se haya en buenas condiciones de conservación: podemos caminar por parte del camino de ronda y por alguna de sus torres y torreones. Y, os confieso, estar ahí arriba, en este lugar y al lado de esa bandera fue especial.
Como es habitual con los lugares ligados a esta Orden aquí también tenemos una leyenda referente a un tesoro oculto en la fortaleza:
" Cuando los árabes fueron expulsados por las tropas cristianas dejaron escondido un tesoro. Para unos consistiría en la figura de un becerro de oro, para otros el tesoro no sería un becerro de oro si no que estaría en el interior de la piel de este animal. El tesoro se encontraría en un túnel que llevaría desde una de las dos torres cilíndricas hasta el cerro Guruviejo"
A finales del siglo XIX y principios del XX no fueron pocos las personas que con pico y pala se dispusieron a buscarlo. Como consecuencia de ello las excavaciones de estos buscatesoros causaron importantes daños.
Una curiosidad, estamos acostumbrados a ver los muros de los castillos con la piedra desnuda, pero este caso podemos ver restos de su color: un ocre rojizo.
Nos encontramos en territorio templario, os recomiendo dos enclaves de la población que considero imprescindibles: la iglesia de S. Juan Bautista y la iglesia de Sta. María de la Encina.
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