IGLESIA DE SANTIAGO EL VIEJO O DE LOS CABALLEROS (Zamora).
IGLESIA DE SANTIAGO EL VIEJO O DE LOS CABALLEROS (Zamora).
La ciudad de Zamora es muy rica en enclaves románicos. En su momento visitamos la iglesia de S. Claudio de Olivares. En esta ocasión iremos al templo de Santiago el Viejo, también ubicado extramuros de la ciudad. Quizá sea el templo más sencillo, más pequeño y antiguo de la ciudad, pero creo que es sumamente interesante.
No se conocen los detalles de su fundación, pero está documentada su existencia en el año 1168. Es muy posible que su construcción se realizase a mediados del siglo XI.
Su segundo nombre (de los caballeros) es debido a que, según la tradición, allí fue nombrado caballero El Cid por Fernando I. El romancero así lo dice:
"¡Afuera, afuera Rodrigo, /el soberbio castellano! / Acordársete debría / de aquel buen tiempo pasado / que te armaron caballero / en el altar de Santiago"
Lo cierto es que se encuentra a los pies del castillo y a poco más de cien metros del Campo de la Verdad, lugar de realización de las justas medievales.
Arquitectónicamente consta de una rectangular nave, un tramo recto presbiteral y un ábside semicircular con bóveda de horno. Existen dos vanos abocinados, una en el ábside y otra en el muro Sur. También cuenta con un arco triunfal poco frecuente. Sobre el hastial una espadaña-campanario.
Los materiales empleados son muy distintos. Podemos ver sillares de reciente factura y otros muy desgastados y en los muros abunda la mampostería de distintos periodos. Seguramente todo ello es debido a su cercanía con el Duero que en las antaño crecidas provocaría desperfectos y consiguientes reconstrucciones.
La puerta de acceso se encuentra en el muro Sur. Es muy sencilla. Posee dos arquivoltas lisas y un guardapolvo ajedrezado. Está muy desgastada.
Al pasar al interior nos recibe una pila de agua bendita con algunas cruces grabadas a su alrededor, pero creo que lo más atractivo son sus capiteles.
La cubierta de la nave es a dos aguas con estructura de madera. Dirijo la vista directamente a la cabecera. Obviando el ábside para más tarde observo que en los muros norte y sur hay unas pilastras que parecen los apoyos de un arco fajón que ya no existe. Al lado de cada una de ellas encontramos sendas columnas con unos muy interesantes capiteles.
En el lado del evangelio el capitel nos presenta una parte inferior vegetal con palmetas, piñas... y una parte superior figurativa en la que se representan varios leones y hombres que, entrelazados por una soga, interactúan entre ellos. Me resulta imposible interpretarlo y buscar su simbolismo. Se complementa con un cimacio en el que vemos unas palmetas en un vértice una cabeza zoomorfa.
El capitel que se encuentra enfrente, en el lado de la epístola, es más atractivo y cautivador. Yo no he visto nada parecido. En un amontonado desorden cuento hasta una docena de personajes de ambos sexos, un animal que parece un caballo y una serpiente. Creo adivinar escenas lujuriosas, sexuales y pelea. Comentándolo con la guía que me mostró el lugar, me indica que para ella se trata efectivamente de una orgía. Parte del capitel que se encuentra mutilado. Está coronado con un cimacio de palmetas con cabezas de jabalí o de cerdo en los vértices.
Llegamos al arco triunfal. Sorprendente, presenta una triple arquivolta, algo que es muy poco frecuente. Más que arco parece una portada interior, tiene una decoración mucho más rica que la exterior. Cuentan con interesantes capiteles. Repasémoslos.
En el lado del Evangelio (el derecho desde el altar) los tres son historiados: los mismos animales de largas patas, dos aves unidas por sus picos y un hombre con los brazos cruzados y dos leones enfrentados siendo este último de mejor calidad.
Pasamos al otro lado, el primer capitel que nos encontramos es de temática vegetal con las habituales hojas de acanto.
En el capitel central vemos esculpidos dos figuras, una masculina y otra femenina, que se encuentran rodeadas por una serpiente que parece morder el pene (mutilado) del varón. Podrían ser Adán y Eva.
En el útimo hallamos dos figuras humanas y dos animales (leones?) de largas patas. Los cimacios están adornados con roleos y cabezas humanas o de animales en los vértices.
Nos queda por visitar el ábside. El espacio es muy reducido, apenas para el altar de piedra. Bajo el arco triunfal, delante del altar, hay una losa sepulcral con restos epigráficos que no logré descifrar, aunque sabiendo que el templo perteneció en un momento a los curas del capítulo catedralicio es muy posible que fuera de algunos de sus miembros. Lo que sí que me pareció extraño es su orientación, contraria a lo habitual.
Iglesia de Santiago el Viejo o de los Caballeros, un pequeño tesoro románico en la ciudad de Zamora. Volveremos.
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